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Cómo conseguir el mejor precio para un billete

martes, 16 de septiembre de 2008

No. Aunque pretendo explicar algunas pistas para ayudarnos en la ardua tarea de conseguir un billete barato para nuestro vuelo, no existe y no puedo dar ninguna llave mágica que nos abra las puertas de las tarifas más baratas. Si la tuviera, ya me hubiera dado un paseo por el concesionario de Aston Martin. Pero algo se puede hacer. Vamos allá.


Para conseguir un buen precio, lo primero que tenemos que hacer es buscar bien todas las alternativas disponibles. Supongamos que queremos volar una ruta en concreto. Lo primero que tenemos que averiguar es qué líneas aéreas la operan. En el caso de España es rápido darse una vuelta por las líneas aéreas “tradicionales” como se las llama a veces ahora y comprobar cual tiene vuelos y cual no. Merece la pena dedicar un poco de tiempo y recorrer todas las compañías que conozcamos y las que google nos descubra. En el caso de las de bajo coste, podemos hacer lo mismo, pero puede que se nos escape alguna porque ahora, y siempre hablando de España, una compañía holandesa, por ejemplo, podría operar un vuelo Madrid Roma. Hace tiempo descubrí chollovuelos, que a pesar de tener un nombre que no inspira mucha confianza si tiene buenos listados y actualizados de las rutas que operan las compañías de bajo coste, y nos permite buscar por ciudad de origen y destino.


Explico esto, que es bastante evidente, porque, según mi experiencia, las compañías de bajo coste trabajan de forma diferente que las “normales” o “tradicionales” a la hora de fijar los precios, y si entendemos como trabajan, podremos saber mejor como encontrar el mejor precio.


Las compañías de bajo coste parten siempre de un precio mínimo, y en función de variables como el número de plazas vendidas, la velocidad de venta de plazas y la proximidad a la fecha de vuelo, incrementan de una forma u otra el precio de sus billetes. Aunque no lo sé con certeza apostaría a que es un sistema totalmente informatizado donde tan sólo se pueden modificar unas variables si es necesario, y es un sistema que nunca o casi nunca da marcha atrás. Si la plaza hoy cuesta 50 euros, no va a bajar de precio nunca.


Con el resto de compañías, esto es un poco más complicado puesto que se juega mucho más con las variables que comentaba al principio. Los vuelos se cargan por temporadas, y esto va como la moda: temporada de invierno y temporada de verano, por lo que si intentamos comprar un vuelo con demasiada antelación podemos encontrarnos con que simplemente no está cargado para la venta o que si lo está, el precio es alto, o no muy competitivo (excepcienes serían los preiodos de puentes, Navidad o Semana Santa, donde hay que trabajar las tarifas con mucha antelación porque la demanda será alta). Esto se debe porque, hasta una determinada antelación, no se "juega" con las tarifas de ese vuelo, simplemente se deja a un precio razonable, y si alguien quiere o necesita comprar el billete con mucha antelación, lo compra a ese precio. Por tanto, no siempre el comprar con mucha antelación puede garantizarnos el mejor precio.


Una vez se comienza ese "juego" la compañía aérea tiene en cuenta muchos factores. Además de los mencionados antes, las aerolíneas tradicionales sí tienen que tener en cuenta variables como la competencia en esa ruta, la competitividad de un horario, y muchas otras cosas. Se determina cual es el precio más barato y cuántas plazas se quieren vender y luego se hace un seguimiento. Si todas esas plazas se venden enseguida, se puede preveer que el vuelo se va a vender bien, y por tanto, se puede subir el precio del billete. Si por el contrario pasan las semanas y apenas se vende, no tiene sentido hacer más cara la compra del billete. Por ello podemos llegar a ver repuntes muy pronunciado o hasta que el precio de un billete baja de un día para otro. Aunque, como ya expliqué, en realidad el cliente no termina comprando exactamente el mismo producto.


Por supuesto esto más que explicación sirve como introducción, pero aún así ya me he extendido demasiado. Como veis no hay ningún truco. Esto es oferta y demanda, y como en la bolsa, siempre que compramos un billete tenemos que arriesgar. Si nos preguntamos si estamos comprando el billete más económico posible o si en el futuro podríamos encontrar algo mejor podemos volvernos locos. Tal vez sea más razonable pensar si el precio que estoamos pagando nos parece adecuado.



¿Por qué el que va al lado mío ha pagado la mitad que yo?

martes, 2 de septiembre de 2008
Cuando le comenté a una compañera de trabajo mi intención de abrir un blog que hablara de aviones, billetes, reservas y demás, lo primero que me dijo fue "puedes explicar la típica pregunta ¿Por qué yo pago el doble que la persona que va a mi lado?".  Y es cierto, es tal vez una de las primeras incógnitas que nos surgen a todos cuando somos pasajeros.

Voy a tener que combatir constantemente mi facilidad por extenderme, irme por las ramas y olvidar el significado de palabras como "conciso".  Pero vamos allá.

Cada ruta operada por una compañía se rige por una cosa llamada "estructura tarifaria".  O dicho de otra forma, una lista de diferentes tarifas a las que se pueden vender las mismas plazas.  Enseguida veremos de que depende luego que la plaza tenga un precio u otro, pero sigamos un poco con la estructura tarifaria.

Las compañías usan una lista de tarifas para poder diversificar su producto y así ofrecerlo a diferentes precios.  Tarifas más bajas para los que compran con más antelación, más altas para los que quieren quedarse mucho tiempo o poder hacer cambios, tarifas especiales para algunos colectivos o tipos de pasajeros, etc., etc..  Sin contar las plazas que compran los touroperadores y luego las revenden a sus precios.

Un departamento entero se encarga, vuelo a vuelo y día a día decidir el precio más barato, o lo que es lo mismo, a partir de que tarifa, se va a vender un vuelo.  Se busca siempre un equilibrio perfecto entre ocupación y beneficio, y para ello se juega abriendo y cerrando tarifas, es decir, subir y bajar precios.  Lo normal es que el precio de un billete comience siendo muy barato y luego suba progresivamente hasta la fecha del vuelo, pero ese orden creciente puede variarse según las circunstancias.  Es un tema interesante del que hablaré más adelante.

¿Acaso pues se vende el mismo producto con distintos precios?  No exactamente.  Cierto es que en cuanto nos subimos al avión, no hay ninguna diferencia entre el pasajero del 7C, que pagó 28 euros por su billete y el del asiento 9A, que ha pagado más del triple.  Sin embargo, antes de subir, sí que existen diferencias.  Seguramente la tarifa más barata era mucho más restrictiva que la cara, y en caso de que hubiera querido cambiar de fecha, de ruta, alargar su estancia o simplemente cancelarla, lo hubiera tenido más difícil que nuestro amigo de la 9A que pagó mucho más.  Puede que sean diferencias sutiles entre un billete u otro, pero, como también quiero hablar más adelante, pueden llegar a ser muy importantes.

Así que si el pasajero de la 7C ha pagado mucho menos por el billete es porque puede que lo comprara mucho antes o aprovechara una decisión de la compañía de llenar el vuelo al coste que fuera, y muy probablemente su tarifa es más restrictiva que la nuestra.

Es algo complicado de explicar, pero esta podría ser una forma de resumirlo.  De todas formas, seguro que volveré a esta misma cuestión en muchas de las próximas entradas.